Hermoso cuento con una gran verdad
- 10 de agosto, 2015
La pérdida es pérdida para el que se queda vacío por sus decisiones.
domperidone sandoz
domperidoneHabía una vez un ser de luz que se encontraba pastando ovejas en el prado. Su tarea era rutinaria aunque importante; pues de ello dependía la lana de todo el pueblito en el que vivía.
Una vez, decidió que ya era tiempo de hacer otra actividad que le reportara aventuras y vivencias diferentes a su aburrida cotidianeidad. Era feliz con tan sólo pensar en el mar, por lo que decidió recomenzar. Armó su bolso de puro valor -pues es lo único que poseía- y se adelantó en la ruta camino a donde creía estaba la costa. Caminó por varios kilómetros hasta que un carro con un caballo viejo y cansado, le dió un aventón. Se dio cuenta que el potro apenas podía con sus patas, y pensó que dos personas y un carro eran mucho peso para él, por lo que ofreció a su dueño parar a descansar y beber algo para seguir un rato mas tarde. El dueño aceptó. El pastor pidió permiso, quitó los cabestros al caballo, dio agua y lo acercó a un pastizal para que pudiera comer. El caballo solo se tumbó a descansar y ambos, pastor y dueño, entendieron que se había exigido demasiado del pobre y viejo zaino, por lo que decidieron hacer lo mismo y pasar la noche allí. Armaron una fogata y compartieron historias, algo de comida y agua. Luego armaron sus mantas bajo un árbol y se dispusieron a dormir. A los pocos minutos, el dueño se había dormido y el pastor se sintió raro en aquel lugar por lo que, acostumbrado a estar con animales se acercó al caballo y se tumbo a su lado para acariciarlo. Por la mañana, sólo despertaron dueño y pastor. El caballo había fallecido durante la noche. El dueño lloraba desconsolado y se preguntaba por qué le tenía que pasar a él, si el caballo era el único ser que ocupaba su vida en la actualidad y culpó al pastor de la tragedia; Si no te hubiese dado lugar mi caballo aún viviría -dijo- y enojado pidió al pastor que se marche.
El pastor triste pero con la conciencia tranquila de haber brindado aunque mas no sea unos últimos mimos al caballo, decidió seguir su camino. Sólo dijo dos cosas antes de marchar; Lo siento y gracias.
Pasaron unas dos horas a pie antes que un camión pasara por la ruta y le diera otro aventón. En el camino, pastor y camionero compartieron sus historias. El camionero tenía una amplia familia que mantener y muchas historias de viajes y amoríos que el pastor escuchó atentamente. Se dio cuenta que el camionero por el tipo de vida que había elegido, trabajaba mucho para que nada falte a su familia, pero estaba poco en casa a causa de sus viajes, por lo que lo tomó del hombro y le dijo, ojalá pronto puedas estar mas tiempo con los seres que amas, trabajas mucho, te esfuerzas por ellos y no puedes distrutar de su companía por esto. El camionero agradeció y estuvo de acuerdo en que su vida era difícil y sacrificada. Luego de unos quilometros de charlas y mates, pasaron por un pueblito y como al pastor ya le hacían ruido sus tripas de hambre, el camionero decidió parar e invitarlo a comer. Luego del almuerzo el camionero decidió hacer una llamada a su familia pues su hija menor se encontraba enferma antes de su partida. A los pocos minutos volvió a la mesa, pagó y sin decir nada se retiró a su camión, intentó dar marcha y algo sucedió pues el camión no arrancó. El pastor se acercó y vio llorando al camionero mientras intentaba reparar el vehículo. Si comprender mucho, le pregunto si podía ayudarle, a lo que el camionero respondió "Cómo puedes ayudarme si eres el causante de que hayamos parado aquí y no conoces nada de camiones? Tu tienes la culpa de que no pueda ir a estar las últimas horas con mi hija, que ahora se encuentra mas grave que ayer. Vete y espero no volver a verte.
El pastor a esta altura comenzó a sentir que verdaderamente todo lo sucedido era su responsabilidad, pues si el no hubiese decidido ir al mar el caballo quizás estaría vivo y el camionero en camino a su hogar. Pero ya estaba lejos de su pradera y algo le decía que debía seguir adelante. Al menos debía conocer el mar para que tanta tragedia no fuese en vano.
Siguió su camino a la costa, pero esta vez decidió seguir a pie. Al cabo de unas cuantas horas comenzó a sentir un aroma totalmente desconocido para él, pero que llenaba sus pulmones de un aire reconfortantemente húmedo y su garganta de un gusto salado, había llegado al mar. Como adivinándolo corrió con sus últimas fuerzas el último tramo hasta dar con la arena. Sin quitarse la ropa se arrodilló a orillas del mar y se desplomó en llanto. Había logrado su objetivo, pero se sentía triste por tanta tragedia y se repetía que si el no hubiese decidido ir al mar nada de lo ocurrido hubiese sido como fue. Lloró un buen rato hasta que una anciana que pasaba por ahí lo tomo del hombro y le pidió ayuda para llevar unas pesadas bolsas de pescado que le habían regalado cerca de allí. Aún con lágrimas en los ojos el pastor se levantó y decidió ayudar a la anciana. Al llegar hasta su choza la anciana agradecida lo invitó a pasar. Preparó el pesacado y dio de comer al pastor quien esta vez no aceptó la ayuda. Agradeció y se disponía a marchar cuando la anciana le preguntó: "el motivo por el que llorabas es por una decisión que crees que te ha echo daño?" El pastor se sorprendió de lo acertado de la pregunta y contó a la anciana sobre sus decisiones, las que habían causado tanta desgracia. La anciana escuchó atentamente y sonrió al final. Lo miro fijamente a los ojos y con una caricia, expresó: "Como bien dices, tus decisiones te han llevado a experimentar nuevas sensaciones, nuevas vivencias. Es muy cierto que sin ellas nada de esto hubiese sucedido. Sin embargo, si no las hubieses tomado, el caballo muy probablemente podría haber muerto en el camino con su carro a cuestas en lugar de en el pastizal y mimado por tu amor. Además. si el camionero no hubiese parado a darte de comer, tampoco hubiese llamado a su casa para saber que debía volver con urgencia, y por lo que cuentas, estaba comenzando su viaje de trabajo y por lo tanto en sentido contrario a su familia. Seguramente podrá encontrar la solución que le permita volver a su hogar con su hija y eso también fue generado por tus decisiones. Muchas veces vemos lo terrible de nuestras decisiones sin ver que sin decisiones no podemos vivir, cambiar, evolucionar. Que sin decisiones no podemos ayudar a otros y a nosotros mismos. Tus decisiones hicieron que tu universo conocido se transforme en algo mas y con ello cambiaste el mundo de otras personas. No hay decisiones acertadas y desacertadas. Sólo decisiones y aunque no lo puedas ver ahora, no existe forma de no tomar decisiones. Cada instante requiere que decidas algo, la pregunta que pocos se hacen y quizá la respuesta a las tragedias que me contaste es ¿Tus decisiones te hacen sentir lleno o vacío? Porque la pérdida, es pérdida solamente para el que se siente vacío. Así de esta manera, la muerte del caballo es una pérdida para el dueño que lo exigió hasta su muerte. Y al camionero lo hizo sentir vacío el no estar junto a su hija cuando se encontraba enferma, pero ambos decidieron, así como tu. Lo que quiero decir es que la pérdida es pérdida para el que se siente vacío, entiendes?. Recuerda que es imposible no tomar decisiones, no decidir es DECIDIR no hacer nada. Tu decidiste lo que consideraste mejor y así cambiaste tu mundo y el de otros. Lo importante es que te sientas lleno con tus decisiones."
Nuevamente el pastor rompió en llanto al comprender que extrañaba su pradera y cotidianeidad, pero no se sentía vacío, sino todo lo contrario. Ahora entendía que el camino que había recorrido tenía el fin de entender algo simple pero que requería de decisiones:
La pérdida es pérdida para el que se siente vacío
Y él se sentía ahora muy lleno de haber brindado cariño a un caballo moribundo y haber ayudado a un padre a entender que debía estar con su hija. Pues eso también era resultado de sus decisiones.
Desde que lo leí por primera vez me enamoré! Me encantó, es muy significativo, al menos para mí.
Gracias por ser ese compañero incondicional :)
Juli♥
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