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COMO TE AMO MI VILLA BOSCH!!!

COMO TE AMO MI VILLA BOSCH!!!

  • 15 de agosto, 2013

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CÓMO TE QUIERO VILLA BOSCH!!!

Cuando te conocí apenas tenía seis años y desde ese día aprendí a quererte.
Me acuerdo de tus cuadras vacías de casas, de tus calles de barro, de las veredas hechas con lajas de La Asociación de Fomento de Villa Bosch (la
 que está en la calle Gascón).
Me acuerdo de tus zanjas llenas de ranas y sapos, bordeadas por menta y berro. Del olorcito que despedía la menta cuando caía el rocío.
Me acuerdo del placer que representaba para mí, mi entonces único hermano Osvaldo y nuestros amigos, chapotear por el barrial que se formaba cuando llovía. 
Me acuerdo de los caminitos de adoquines que hacían los vecinos en las esquinas para poder cruzar las calles cuando llovía. 
Me acuerdo de la escarcha que se hacía con las heladas en invierno (aquéllos sí eran inviernos) y que usábamos como pistas de patinaje. 
Me acuerdo de los puentes amarillos que estaban en las esquinas cercanas a las escuelas y se ponían sobre las calles cuando llovía y se inundaba, para que pudiésemos llegar a clase.
Me acuerdo del lechero que pasaba por casa con los tarros de leche y llenaba las lecheras de cada vecino.
Me acuerdo de un hermoso árbol de mimbre que había en los fondos de casa y que todos los años Don Salvador, que si mal no recuerdo vivía en 1° Junta entre Tercera (hoy José María Bosch) y Cuarta (Diego Pombo) iba a casa a podarlo y hacía artesanías: Canastas, bandejas, paneras, sillas, juguetes… y, obviamente, todos los años le dejaba dos regalos, producto de su trabajo artístico a mi mamá: uno para ella y otro para mí.
Me acuerdo del señor que pasaba vendiendo gallinas y huevos caseros y del que llevaba a pastar sus ovejas y pasaba por la puerta de casa.
Me acuerdo del día que mi mamá se fue para la casa de mi abuela en Devoto porque estaba por nacer mi hermana y, como por casa no había ni cómo comunicarse (sólo había un teléfono en la estación, en una sala de espera que por la noche se cerraba, uno en el almacén de la esquina y uno en la casa de nuestros vecinos) que no se podían usar de noche, ni cómo salir ante una urgencia, ahí salió la familia Justo rumbo a un lugar más seguro. Siempre me acuerdo que ese día estrenaba una capita de lluvia color celeste (tenía nueve años) y que mientras cruzábamos por el camino de adoquines porque llovía bastante, mi papá me decía: sacá las manitos; no camines con las manos adentro de la capa que si te patinás no podés hacer equilibrio pero… cabeza dura como siempre… no las saqué, patiné y me caí en el medio del barro. Qué reto me llevé! Mi pobre capa celeste era negra. Toda yo era negra. Tuvimos que volver todos a casa a bañarme a mí, a mi capa, a mis zapatos… todo… todo al agua. Después, cuando volvimos a salir, no puse ni un dedo dentro de la capa y llegué, victoriosa y limpia, a la casa de “la nona”. A los pocos días nació Nora, una bebé hermosa que, cuando fue un poquito más grande, iba siempre conmigo a todas partes.
Me acuerdo de las fiestas patrias que la Escuela N° 16 (entonces 59) celebraba en la plaza Murialdo. Qué orgullo cantar allí el Himno Nacional, izar la Bandera o ser Abanderada o Escolta de la Bandera de Ceremonias.
Me acuerdo de mis guardapolvos y mis moños del pelo blancos como la leche.
Me acuerdo de los servicios que iban mejorando el barrio, todos pagados por los vecinos: el gas, el asfalto, la luz de mercurio en las calles, el agua corriente y ya casi ahora (hace nada más que veinte años) la cloaca.
Cuántos recuerdos!!! Qué lindos recuerdos!!!
No sé si habrá mucha gente que haya conocido esa villa pujante, emprendedora, que hoy es lo que es: un hermoso barrio que no se puede comparar con ningún otro por sus características.
Al leer la propuesta de gritar nuestro amor por el barrio, vinieron a mi memoria todos estos recuerdos como cataratas.
Y hoy tengo ganas de decirte: CÓMO TE QUIERO VILLA BOSCH!!!
SI HUBIERA MUCHOS VECINOS QUE CONOCIERON A VILLA BOSCH EN ESA ÉPOCA Y VIERON SU CRECIMIENTO, CREO QUE NO HABRÍA NECESIDAD DE LUCHAR TANTO POR LA LIMPIEZA Y EL ORDEN DE NUESTRO BARRIO!

Lilia Justo

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